viernes, 23 de mayo de 2008

Catedral de Notre Dame


Notre Dame es la designación en francés para Nuestra Señora, en referencia a la Virgen María. Es una de las catedrales francesas más antiguas de estilo gótico, se empezó a construir en el 1136 y se terminó en 1345. Dedicada a María, Madre de Jesucristo (de ahí el nombre Nôtre-Dame, Nuestra Señora), se sitúa en la pequeña Isla de la Cité en París, Francia, la cual está rodeada de las aguas del río Sena. La catedral surge íntimamente ligada a la idea del esplendor gótico, a efecto claro de las necesidades y aspiraciones de la sociedad de la época, a un nuevo enfoque de la catedral como edificio de contacto y ascenso espiritual. La arquitectura gótica es un instrumento poderoso en el seno de una sociedad que ve, en el inicio del siglo XI, transformarse la vida urbana a un ritmo acelerado. La ciudad resurge con una extrema importancia en el campo político, en el campo económico (espejo de las crecientes relaciones comerciales), ascendiendo también, por su lado, la burguesía adinerada y la influencia del clero urbano. El resultado de esto es una sustitución también de las necesidades de construcción religiosa fuera de las ciudades, en las comunidades monárquicas rurales, por el nuevo símbolo de la prosperidad citadina, la catedral gótica. Y como repuesta a la búsqueda de una nueva dignidad creciente en el seno de Francia, surge la Catedral de Nôtre-Dame de París. Destaca su magnífico órgano Cavaille-Coll, siendo la plaza de organista titular de Notre-Dame uno de los más altos honores a los que puede aspirar un organista. Esta plaza fue ocupada por el genial organista y compositor francés Louis Vierne entre los años 1900 y 1937, época que se recuerda como la del mayor esplendor de la Catedral como centro artístico y musical. Este local existió la primera iglesia cristiana en París, la Basílica de Saint-Etienne, proyectada por Childeberto I alrededor del 528 d.C. En sustitución de esta obra surge una iglesia románica que permanecerá hasta 1163, cuando se da el impulso en la construcción de la catedral. Nos divertimos subiendo sus interminables escaleras hasta arriba del todo donde encontrarás gárgolas y una gigantesca campana de 2 toneladas. Nosotros en especial nos lo pasamos muy bien arriba por que había una mujer (la encarga de cuidar aquello) que nos hizo de reír cantando y bailando, se echó fotos con nosotros y fue una de las cosas que no nos podremos olvidar nunca.

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